Quiero reflexionar con la película de Woody Allen, Café Society, sobre el VÉRTIGO DE LA LIBERTAD: en ocasiones nuestra felicidad depende de una decisión. Bobby llega a los Ángeles y empieza a trabajar con su tío Phil, afamado agente de Hollywood, enamorándose de su secretaria Vonni. La relación entre ellos se complica y Bobby regresa a Nueva York para recomenzar su vida. La noción del bien –conciencia- en Phil y Vonni es rotunda, y sin embargo no superan la prueba de la autenticidad “contigo pan y cebolla” optando por un sucedáneo del amor, al que también Bobby tendrá que acostumbrarse. El regusto de nostalgia que deja el film quedaría iluminado por el PERDÓN: no somos las personas ríos que no pueden volver atrás. A pesar de las equivocaciones la felicidad es posible: en cualquier situación vale la pena “hacer familia”, empeñarse en amar haciendo mejor al otro.